miércoles, 8 de marzo de 2017

La caída de Dante

ES SABIDO QUE una de las más brillantes obras de la historia de la literatura (La Divina Comedia de Dante) fue inspirada por una mujer que murió muy joven. Para aquellos que no sepan la historia, hablamos de Beatrice Portinari, también conocida como Bice[1]que nació en 1266, se casó con el banquero Simone dei Bardi en 1287 y murió tres años más tarde (1290), de la peste negra. Si hacemos caso al poeta, en su obra La Vida Nueva, él y ella se vieron por primera vez cuando tenían respectivamente 10 y 9 años. Se dice también que se encontraron al final de la adolescencia también, 9 años más tarde[2]. Lo que es un hecho es que, tras su muerte, Dante se dio a una vida de desenfreno, en parte por la desesperación que le causó, hasta que se casó con Gemma Donati. Sin embargo, a pesar de tan breve existencia y breve encuentro, Dante la coloca en la cúspide de su personal panteón de santos. Tras los 9 círculos del infierno y las 9 cornisas del purgatorio -la repetición del 9 no es casual, lector-, en un ascenso continuo en el que solo alcanza a ver a su amada Beatriz al final de este último. Su lugar legítimo es, como luego descubriremos, el Empíreo, el último de los 9 cielos que están sobre la Tierra.

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© Pedro Alcoba González 2017.