¿Qué es el hombre? ¿Quién es mi vecino?
Georges Simenon[1]
DESDE QUE LA ciencia ficción existe en el cine, han sido innumerables las aproximaciones al fenómeno de los extraterrestres. Hoy produce simpatía ver los estrafalarios seres que Georges Méliès imaginó en Viaje a la luna como habitantes de la Luna. Pero muy pronto en la ciencia ficción más solvente, los extraterrestres se presentaron como una amenaza. En las primeras versiones deUltimátum a la tierra o La guerra de los mundos, los aliens eran seres muy diferentes a nosotros y, al mismo tiempo, amenazadores. No es extraño que ambas se filmaran en plena guerra de Corea (1951-1953). Y es que en realidad los aliens, existan o no, han sido siempre más bien una metáfora de cómo entendernos con el que es totalmente diferente, y las visiones que se han imaginado van desde el conflicto total hasta la plena integración. Pero, quizá por la influencia de la segunda guerra mundial, la mayoría de las primeras películas de ciencia-ficción concibieron el encuentro con una raza extraterrestre como conflictivo, y los ejemplos son innumerables, desde El enigma de otro mundo hasta La amenaza de Andrómeda.
© Pedro Alcoba González 2015